INSTRUMENTAL- James Rhodes
- Angélica Villalba Eljach
- 8 jul 2019
- 5 Min. de lectura

Pocas veces me pasa que no sé cómo empezar a reseñar, con la lectura de este libro me toca de forma anecdótica… En uno de los clubes de lectura a los que asisto lo propusieron para la próxima sesión (que aún no la celebramos). Inicialmnete me negué a la lectura del libro porque ya conocía la historia que nos cuenta el autor en el, pues ya lo había escuchado a viva voz en el Hay Festival Cartagena del año 2017, en esa oportunidad se me arrugó el corazón al enterarme de la motivación por la cual #JamesRhodes escribió su libro #Instrumental. Luego, cuando le escuché tocar el piano estuve estupefacta durante todo el tiempo, debo admitir que hasta ese entonces no tenía idea de su existencia, menos de su enorme talento.
La lectura del libro me terminó entusiasmado porque nos dimos cuenta que para poder leerlo desde el iPad, los eBooks estaban en portugués y en inglés. No lo dude ni un minuto, era el momento para aprovechar y practicar la lectura en portugués, además que leerlo en español y en físico iban a tardar un poco más, mientras conseguía la librería que lo tuviera en su inventario, luego ir por el o esperar a que llegara por correo. En últimas fue una buena decisión la que tomé.
En este punto se estarán preguntando entonces ¿quién es James Rhodes?
Pues #JamesRhodes es un pianista británico sin igual, su actuación como instrumentista y sus aportes a la música clásica contemporánea pasaran a la historia, vale toda la pena del mundo que conozcamos su historia y su obra.
Su historia, sin más rodeos es que lo violaron cuando era un niño, su profesor de boxeo lo violó desde que tenía 6 años hasta que tuvo más o menos 10, suceso que obviamente cambio su vida para mal, pasó de ser un niño “normal… feliz”…y se volvió desde temprana edad en una persona con miedos perpetuos y roto, como el mismo lo ha dicho en su libro y en sus entrevistas. Cuando tuve la oportunidad de verlo y escucharlo en el Hay Festival, al inicio de la conversación pensaba que su relato se sumaría a las tristes historias de este tipo a las que lamentablemente ya nos hemos acostumbrado, pero con la perfecta dosis de humor negro- británico al fin y al cabo- Rhodes logra sobrepasar el asunto y envolvernos en su mensaje: la música, la música clásica salvó su vida.
Con los sucesos atroces de la violación es como empieza el libro, pues secuela de lo anterior, la vida del artista se volvió un perfecto caos, tuvo que ser sometido a varias cirugías por el mismo asunto, tuvo desórdenes alimenticios, temporadas de drogadicción, otras de automutilación, prostitución, libertinaje, y varios intentos de suicidio. Lo anterior pasando por periodos en los que abandonó por completo la música y en donde estuvo internado en hospitales psiquiátricos varias veces, sin dejar de lado un divorcio y la perdida de la custodia de su hijo. Para todo lo anterior, siempre fue la música, un episodio relacionado con ella lo que lo hizo salir de los huecos en los que se iba metiendo.
El libro más adelante nos habla de su proceso de mejoría, de las personas que se le fueron apareciendo en el camino y que han sido sus verdaderos ángeles. Como pudo establecer un proyecto de vida como pianista e inclusive al final, da sus propios tips para poder mantener una relación amorosa de manera estable.
No hay palabras para describir lo desgarrador que fue leer este libro, estoy segura que a los demás miembros del taller que no habían escuchado hablar de Rhodes el libro les tuvo que haber dado más duro. Creo que por encontrarme en medio de mí práctica de portugués e investigaciones musicales pude compensar las emociones tan fortísimas que iba sintiendo mientras leía.
Dentro de todo el mal que le aconteció de niño, James Rhodes puede decirse que ha sido “un tipo con suerte” pues luego de haber estado tan bajo, en el fondo mismo, ha logrado sobreponerse a sus miedos y a sus traumas cuando no todas las personas son capaces de hacerlo. Su mensaje es muy poderoso y nos hace reflexionar sobre lo permisivo que ha sido el mundo entero con el tema del abuso sexual infantil.
La rabia y la impotencia que sentía mientras leía me hacían pensar en las cifras aterradoras que tenemos reportadas de abusos de niños en Colombia, me hacía pensar en la falta de educación que hemos dado tanto a los adultos como a los niños que no saben enfrentar y alertar sobre este tipo de situaciones. Me siento con el compromiso de hacer algo, estoy convencida que desde mi vida profesional puedo dar un poco más, sé que puedo movilizarme y actuar para evitar al menos que una vida inocente corra peligro.
Les mencionaba lo de las investigaciones musicales porque de hecho, los capítulos del libro se titulan de acuerdo al nombre de una composición de un músico clásico y su respectivo interprete para piano según las recomendaciones de Rhodes. Adicionalmente, la introducción a cada uno de estos capítulos goza de la historia de la pieza y de su autor, aproximándonos así al tipo de músico que es #JamesRhodes, ese al que los recitales le sacan de quicio, ese que organiza conciertos en donde va explicando lo que toca, el por qué escoge esas pieza y no otras, y que relata lo que siente al tocarlas. En definitiva, él es un artista que nos permite a los más incautos disfrutar de la música como si fuéramos unos expertos en la materia. Lo mejor de esta parte es que pude ver a Rhodes (buscando en Youtube) tocando las canciones de su libro… como lo advierte al principio del libro: la vida de cada persona fácilmente puede tener una banda sonora, y pues la banda sonora de #Instrumental- que viene siendo la vida de Rhodes, la podemos descargar también en Spotify o en iTunes, ya yo la tengo.
Sobre la visión que tiene #JamesRhodes de la música también hay mucho que aprender, su principal crítica es algo que he compartido desde hace mucho tiempo y fue lo que más disfruté escucharle cuando estuvo en Cartagena: la música clásica, que es un invento divino por decir lo menos, le pertenece a la humanidad, no a un par de ancianos que creen que viven en la estratosfera del conocimiento y la sociedad, creyéndose dueños del mundo han impedido que nuevas generaciones se aproximen a la creación e interpretación de nuevas melodías, los mal llamados expertos de la música clásica no han sabido aprovechar el momento evolutivo de las redes sociales y la globalización para romper estigmas y parámetros, lo que ha terminado por separar la música clásica de la mayoría de la población como si esta les perteneciera.
Algunas de mis frases favoritas del libro
- “No hay nada más asustador para un enfermo mental que un sentimiento”
- “La vergüenza es el motivo por el cual no revelamos la verdad”
- “Infelizmente, el amor es siempre un examen práctico, nunca teórico, y toda la racionalización del mundo es, en última instancia, inútil”
- “Dicen que todas la buenas ideas al principio parecen blasfemias”
- “El perdón es un concepto esplendido. Es algo a lo que aspiro, mismo por lo que a veces me parece una fantasía imposible, aunque deseable”
Este es un libro recomendado para
… todo el mundo… pero en especial para quienes quieren acercarse a la experiencia de un testimonio de superación con franqueza e inclusive con buen humor. También lo recomiendo a los amantes de la música, hemos escuchado el cliché de que la música cambia vidas y lo repetimos constantemente, sin embargo pocos saben cómo es que funciona esa fórmula mágica, pues este libro les dejará saber sobre la magia que puede llegar a tener la música en realidad.

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