¡POR FIN ES LUNES! AMO TRABAJAR- Pablo Claver
- Angélica Villalba Eljach
- 10 mar 2019
- 7 Min. de lectura
Intermedio Editores atinó al mandarme este libro. No solo comparto la frase que le da título al libro, soy de las pocas personas que no disfrutan tantos lunes festivos cuando son de seguidos, y no contenta con eso lo digo con mucha seguridad a pesar de las críticas que normalmente recibo.

Y para ir descartando las sospechas de que seguramente soy #Workaholic (adicta al trabajo) pues les cuento que NO lo soy, pues creo firmemente que trabajo para vivir y no que vivo para trabajar. Me demoré un poco en tener esa frase como mantra de vida, pero en definitiva, dentro de mis mínimos innegociables de sacrificio, entrega y energía por el trabajo están: hacer solo lo que me gusta, pertenecer a organizaciones en las que pueda aprender y que me permitan dejar una huella. A partir de estas frases, se desprende el resto de mi historia y de las recetas que nos trae el libro que reseñaré a continuación.

Con trece recetas infalibles, #PabloClaver nos hace ver la vida más fácil, pues los seres humanos, como lo afirma el autor hoy por hoy pasamos un tercio de nuestra vida trabajando, nadie nos dice cómo hacerlo y no existes cursos especializados en “la felicidad a nivel laboral”. Al mismo tiempo, cada vez es más común que nos encontremos a personas infelices y amargadas con su trabajo, lo que desencadena infelicidad y amargura en el resto de su vida, bien sea con la familia, los amigos y en su mismo ambiente laboral.
Por lo anterior, Pablo Claver entrega 13 recetas para que quién lo lea, saque su propio “menú de autor”, el menú que le lleve a la “felicidad laboral”. A continuación voy a presentar aquellas cosas que #MeDijeAmíMisma que le pusiera mayor atención mientras leía las recetas, aquellos ingredientes que debo cosechar o buscar para seguir teniendo la fortuna de amar mi trabajo.
Receta 1: Piensa en Positivo
Esta es la historia que muchos conocemos de las personas que ven el “vaso medio vacío en vez de verlo medio lleno”.
El pensamiento positivo se acompaña de palabras y lenguaje positivo, y de inclusivo estudiar las situaciones adversas o los fracasos como un proceso de aprendizaje, como parte de la experiencia que nos lleva a ser mejores.
Receta 2: ¡Cuídate!
Gabriel García Márquez decía que “no hay medicina que cure lo que cura la felicidad”, pero para ser felices también debemos cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente.
El estrés, que es un problema inicialmente mental se refleja en la afectación física de nuestro cuerpo, por eso una alimentación y actividad física acorde con nuestra edad y dinámica laboral es necesaria para que las cargas laborales se afronten con un peso ligero y no como una carga de “toneladas”.
Receta 3: ¡Ponle pasión!
Esta es la parte que más me gusta de mi “menú de autor”, la pasión es algo que caracteriza todo lo que hago, y en mi historia de vida profesional, cuando algo no me ha apasionado he dado un paso al lado y seguido mi camino, sin tener que hacer comparaciones, simplemente asumiendo que no “me encontraba en el espacio y tiempo ideal para mí”.
Para cultivar mi pasión siempre pienso para quién es que trabajo, en los beneficios que estoy dejando, claro que por trabajar en organizaciones de corte social se me ha facilitado la tarea, pues los proyectos que tengo oportunidad de coordinar los ejecuto pensando en las personas que más necesitan salir adelante.
Receta 4: Cambiar hábitos es posible
Esta tarea sí es un poco más difícil porque para cumplirla se requiere disciplina, y esa está en nosotros mismos como ninguna otra característica. Y además, como la imperfección es el rasgo más característico de los seres humanos, estamos llenos de malos hábitos…
Para cambiar, lo primero que debemos hacer es escoger un mal hábito, no todos al tiempo porque nos amargamos, y debemos establecer unas metas, unos retos personales que nos permitan ir avanzando poco a poco hasta cambiar esos hábitos que no nos gustan de nosotros mismos como no saber gestionar el tiempo o alimentarnos inadecuadamente.
Receta 5: Predica con el ejemplo
Bueno, esta también es difícil pero por ejemplo, esta es una receta para todas las personas que tienen personal a cargo, no exijas puntualidad si eres el jefe y llegas tarde a todas las reuniones que convocas, no exijas hábitos de vida saludables a tus compañeros de oficina si no comes balanceadamente, no exijas experticia técnica si no te has preocupado por actualizar tu formación profesional, no exijas un ambiente laboral amigable si no das “ni los buenos días”.
Receta 6: El tiempo… ¡Divino Tesoro!
Las cosas que tienes que hacer en el trabajo se dividen en cuatro bloques:
a. Lo que es importante y urgente
b. Lo que es importante, pero no urgente
c. Lo que es urgente, pero no es importante
d. Lo que no es ni importante ni urgente
Receta 7: Sin vergüenza

Esta también es de mis recetas favoritas. Con el tiempo he aprendido que pedir ayuda de los demás para conseguir los objetivos no tiene nada de malo, por el contrario, solo te ayuda a cumplir con tu trabajo a tiempo y con calidad.
Hay que perder la vergüenza para pedir contactos, invitar a almuerzos y cenas, establecer puentes de comunicación y estrechar alianzas estratégicas, también hay que perder la vergüenza para establecer “cuentas emocionales”… has tantos favores como te sea posible hacer, conversa con todo el mundo, nunca almuerces solo- hazlo inclusive con quien esté sentado solo pidiéndole permiso para acompañarlo… a la vuelta de unos días cuando necesites algo, no dudarán en ayudarte.
Receta 8: El poder de la empatía, la asertividad y el feedback
El feedback es algo a lo que muchos temen, pero saber si estamos haciendo las cosas bien o mal nos da la oportunidad de mejorar, re-direccionar estrategias y en últimas de tener mejores resultado a nivel laboral.
La empatía y la asertividad se relacionan mucho con las posiciones jerárquicas. Bien lo dice el libro: la primera causa de la infelicidad laboral son las malas relaciones con los jefes, por eso siempre es bueno que nos pongamos en los zapatos del otro, bien si somos empleados o bien si somos los jefes, ese pequeño ejercicio nos lleva a dar mejores directrices, abordar conversaciones difícil con mejor ánimo y sobre todo a llegar a acuerdos que sean benéficos para todas las partes.
Receta 9: El poder de la sonrisa, la risa y las palabras
Esta receta también hace parte de mi “menú de autor”, pero debo confesar que el camino no es fácil porque para sonreír todo el tiempo, hay que dejar pasar muchas cosas, el buen humor depende de cómo recibamos las diferentes circunstancias que trae la vida. Sin embargo, algo que no nos cuesta y que nos sirve para llevar los momentos de tensión es siempre ser cortes y saludar con una sonrisa, ser agradecidos, reírse con los demás con empatía y sin burla, pero sobretodo reírnos de nosotros mismos y contar sin vergüenza esos momentos bochornosos que simplemente nos ratifican, la capacidad que tenemos de equivocarnos y reinventarnos en la complicidad de los demás.
Receta 10: Empleabilidad, formación e innovación
Nadie es imprescindible, y debemos despojarnos de esos egos, por eso la formación y la capacitación son indispensables, y si no tenemos la capacidad financiera para hacerlo, debemos ser creativos y demostrar que nuestras ideas y formas de hacer las cosas nos hacen ser una persona digna de emprender nuevos retos.
Receta 11: La libertad financiera
Partamos de la base de que el dinero no da la felicidad, pero a veces pensamos en el trabajo únicamente como la forma de tener dinero, y no en lo útil que puede ser para los demás y para nuestra salud mental que tengamos un trabajo.
Ahorrar es necesario en un mundo tan congestionado como el nuestro, despilfarrar es el mayor pecado de los asalariados de hoy en día, pues nada garantiza que el empleo no se pierda. Cuando no ahorramos y gastamos más de lo que ganamos nos volvemos infelices y creemos que la culpa es del empleo que tenemos que no nos da suficiente para vivir.
Receta 12: Cómo no tener preocupaciones en el trabajo
Lo principal es no preocuparse por esas cosas que nunca han ocurrido, en segundo lugar detener los pensamientos negativos, dar solución a problemas reales e inminentes, hablar de las preocupaciones con alguien que a lo mejor tenga las mismas o que pueda ayudar a aliviar la carga, bien sea porque te escuche o porque en verdad puede ayudar a dar la solución a los problemas.
Receta 13. Slow
El mundo va muy rápido como para que nosotros también andemos de prisa. La vida no se disfruta si nos tomamos el tiempo para reflexionar, para decirnos a nosotros mismos cosas mientras hacemos cada una de las actividades que tenemos que hacer, si no lo hacemos nos volvemos autómatas y de eso no se trata la humanidad.
Debemos aprender de la experiencia de los demás, hacer conscientemente las cosas que hacemos inconscientemente, por ejemplo: no debemos bañarnos con la gente de la oficia, es decir, no pensemos en la agenda del día en ese momento, intentemos disfrutar del placer que da tener el cuerpo limpio, de ese inicio de día que nos abre una nueva puerta y una nueva oportunidad para ser felices con lo que hacemos y con quien somos.

Este es un libro recomendado para:
Todo el mundo. Rescato algo que el mismo autor menciona como un “plus” de su libro, y es la sencillez, este libro está hecho para todo tipo de público, sin las pretensiones de aquellos gurús que se sienten en libertad de decir cuáles es que son las “verdades absolutas” del universo, lo cual hace que en serio, una persona que quiera mejorar su ambiente laboral, un jefe que quiera ser mejor líder, un empleado que se sienta desubicado en el mundo, entre otros, puedan encontrar en estas páginas un punto de encuentro para ser una persona feliz, tranquila y conforme consigo misma.
NOTA: todas las fotos de esta entrada fueron tomadas en la misma semana laboral. Recuerden: siempre hay tiempo para lo que nos hace feliz
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